Parece que en estos tiempos es necesario que todo esté virtualizado y como no podía ser menos, la Administración Publica Española (así como suena, en mayúsculas ya sea estatal, autonómica o local) también quiere presumir de ello.
La realidad es que no es oro todo lo que reluce y que la necesidad y las ganas de apuntarse un tanto hacen que al lado de muy buenas realizaciones haya otras que son una chapuza; no entiendo para qué se han metido en ese jardín, si no hacen más que marear la perdiz.
La Sede Electrónica de la Agencia Tributaria , el organismo gestor de Impuestos de la Hacienda Pública Española, es uno de los mejores casos de implementación de ventanilla electrónica puesta a disposición de los contribuyentes. No en vano llevan muchos años de ventaja y disponen de buenos tecnólogos. Ya jodería!, como diría mi castizo amigo, se trata de recaudar, o sea cobrar y hay que dar facilidades.
Lo cierto es que tan buen ejemplo de oficina virtual no ha hecho sino subirle los humos a Hacienda, que se ha liado la manta a la cabeza y está obligando a todo quisque a pasar por la sede electrónica, quiera o no, tenga ordenador o sea analfabeto digital.
Cuesta creer que hace unos días Hacienda haya suprimido completamente la presentación tradicional de autoliquidaciones (o sea, en papel “analógico”, el de verdad) y ahora haya que disponer de un certificado de firma electrónica, un DNI electrónico o un “PIN24” y saber “manejar ordenadores” para poder cumplir con las obligaciones fiscales personales. Bien es verdad que hace ya unos años que las empresas están obligadas a utilizar este medio de comunicación con el fisco, pero no es lo mismo hacer pasar por el aro a los particulares. Incluso me pregunto si es constitucional privar a los ciudadanos de su libertad de elegir la forma de presentar declaraciones de impuestos.
Hoy mismo, hemos usado nuestro certificado digital de terceros para presentar una autoliquidación de IVA de una persona de 95 años que hasta ahora se lo tramitaba todo él mismo sin problemas y que estaba completamente perdido con estos nuevos procedimientos; no podremos explicarle nunca las razones de este desatino.
Lo que no es virtual, sino completamente real, es el caos que en estos momentos se vive en las delegaciones de Hacienda, cuyos funcionarios no dan abasto a intentar explicar cómo se harán los trámites de ahora en adelante. Ni ellos mismos lo saben.
Y no digamos nada del afán de nuestra Administración en fichar a todo el planeta y forzar a todos y cada uno de los terrícolas para que obtengan un NIE fiscal español. Ahora que hemos batido el récord de visitantes extranjeros, estamos perdiendo una oportunidad para exigirles a 65 millones de turistas que se saquen el NIE al pasar nuestras fronteras y ya si eso, se lo llevan puesto.
Posiblemente, una de las tareas que más me cuesta explicar a mis clientes europeos, es por qué cuando ellos van a hacer negocios a Dinamarca, Suecia, Reino Unido, Francia, etc. en dos horas obtienen el NIE suyo y el de su Sociedad sin más que presentar los documentos habituales de identificación y aquí necesitamos dos meses de trámites, actas, Notarios, traductores_jurados, apostillas_de_la_haya, fotocopias_en_papel_de_las_de_antes y demás mandangas. ¡Viva la marca_España!
Me dejo en el tintero para otro día revisar algunas Sedes electrónicas de la administración autonómica y de la local, fundamentalmente porque no quiero aburriros más: he hablado de la que más mola y ya sabéis mi opinión. Espero que no me represalíen los poderes públicos o me tomen ojeriza. Mejor dejo para otro día contaros la de Tráfico.